lunes, 7 de abril de 2008

Castillo de Monleón(Salamanca)

Monleón fue repoblada en el siglo XII y desde esta fecha ya debió de estar amurallada. Fue disputada por las familias de los Zúñiga y los Alba para controlar las cañadas, pilares fundamentales en la economía del siglo XV y que tanto dinero y poder dieron a la Casa de Alba.
Monleón era una aldea que pertenecía a la comunidad de Salamanca, después de un periodo de refriegas entre las dos familias que se lo disputaban pasó de nuevo a manos de la Corona que nombraba a los alcaides. En 1475 Rodrigo Maldonado resistió un ataque de los portugueses. A partir de esta fecha el alcaide se siente crecido y se cree con el beneplácito del duque de Alba y la nobleza salmantina y comienza a comportarse como señor de Monleón.
El Rey Fernando el Católico en 1477, lo hace preso mientras que su mujer no rinde el castillo hasta que el Rey no lo coloca delante del castillo y a pregón hace oír que le cortaría primero la mano derecha, luego la izquierda, el ojo derecho, así sucesivamente. La esposa de Maldonado rinde el castillo a cambio de la vida de su marido. El monarca nombraría nuevo alcaide y confirmó la pertenencia de la fortaleza a la comunidad de Salamanca, aunque pocos años después (1480) la independiza, la hace villa y le otorga tierra y fueros.

Aunque las murallas de Moleón pudieron ser construidas en el s. XIII, e incluso antes, el castillo fue contruido en el siglo XV, y está situado en una de las esquinas de un recinto amurallado que rodeaba al pueblo y hoy casi ha desaparecido. Esta característica de superponer el castillo en la muralla también se da en otros pueblos de la provincia como Miranda del Castañar, San Felices de los Gallegos, etc. Se sitúa al este de la población, en una escarpada desde la que se domina la confluencia del arroyo Carnicero con el río Alagón.
La planta del castillo es un trapecio irregular formado por dos lienzos, el sur y el oeste, que con anterioridad eran parte de la muralla; los dos restantes se construyeron para conformar un recinto que defendiera la torre. La puerta de entrada desde el pueblo, en el muro este, es un arco de medio punto, de grandes dovelas, flanqueado por dos cubos con saeteras de ojo de cerradura invertido.


Lo más sobresaliente de este castillo es su enorme y majestuosa Torre del Homenaje, al igual que la de San Felices de los Gallegos, y que recuerdan a la de La Mota en Medina del Campo. Esta torre se ha convertido en todo un emblema de Monleón y su altura alcanza los 37 metros. Se eleva sobre la Villa como emblema del poder feudal de la época. En lo alto está rematada por 8 garitas voladas o escaraguaitas, típicas del siglo XV. Es de planta cuadrada construida con manpuestos y refuerzo de sillería de granito en las esquinas. Posee 5 pisos, cuatro sales y la azotea cerrada con un tejadillo, de ellos dos con forjados de madera, la estancia baja cerrada mediante bóveda de cañón. Al interior se accederá por la segunda planta mediante escalera o puente levadizo como solución que tomaría otros muchos castillos de la época. A lo largo de su historia ha sufrido distintas obras y remociones como demuestran algunos vanos de estilo isabelino abiertos en los muros. En el lado oeste todavía se aprecian restos del escudo nobiliario realizados en arenisca. En la actualidad ha sido restaurada por sus propietarios particulares en un encomiable esfuerzo de muchos años por amueblarla y habitarla.


El recinto amurallado de Monleón disponía de tres puertas principales de acceso, la de la Villa al Norte, la del Sol al sureste y la de Coria junto a la Torre del Homenaje del Castillo. Son de características similares, con vano apuntado, construidas con sillares bien elaborados y con doble arco en el interior. En la actualidad todavía se pueden apreciar las marcas de los canteros en los sillares. Las puertas estaban almenadas y entre ellas existía un paseo de ronda que las comunicaba.
Esta escultura zoomorfa de época prerromana es un verraco datado en el siglo IV antes de Cristo. Su emplazamiento original fue un castro cerca, en la actualidad está situado frente a la puerta de la muralla que da acceso a la villa y lleva el mismo nombre (imagen superior). Este tipo de esculturas se asocia a la cultura vetona, pueblo dedicado principalmente a la ganadería que tras la conquista romana siguió realizando esculturas de esta naturaleza. Se supone que los verracos, generalmente toros, tenían un significado religioso y pudiesen estar relacionados con algún tipo de rito de fertilidad. Solían esculpirse con cierto detalle, las extremidades, la cabeza y los órganos sexuales

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