martes, 30 de septiembre de 2008

CORDOBA(Mezquita-Catedral)

La mezquita de Córdoba es hoy una mezcla de estilos arquitectónicos superpuestos, que se sucedieron y se acoplaron a lo largo de los nueve siglos que duraron las construcciones y reformas, pues parece que no hubo generación que renunciara a dejar su huella en esta edificación única, de fisonomía y conjunto plenamente original.
La construcción de la mezquita de Córdoba fue iniciada a finales del siglo VIII; año 785, por orden de Abd alRahman I y sobre la planta de la catedral visigótica de San Vicente, cambiando de orientación el eje de dicha planta. Poseía once naves, ordenadas de norte a sur, siendo la central algo más ancha que las demás y el 'Patio de los Naranjos'.


Su exterior se desarrolla en una muralla coronada por almenada crestería y fortalecida por torreones cuadrados, entre los que se abren las diversas puertas del edificio. Los capiteles muestran una extraordinaria variedad; jónicos, corintios y compuestos; casi todos ellos son de creación romana y bizantina, como procedentes en gran parte de la anterior basílica cristiana de San Vicente
En el año 833, Abd alRahman II amplió la mezquita hacia el sur y construyó un nuevo 'mihrab'. Esta segunda construcción muestra como novedad la supresión de las bases y la aportación de bellísimos capiteles, que si en gran parte son todavía procedentes de edificios anteriores, ya pueden filiarse algunos como tallados expresamente por obreros cordobeses.
La parte más rica fue añadida por el califa AlHakam II en el 961 Esta ampliación es la más hermosa de todas destacando su cúpula, aportación de la cultura cordobesa del siglo X. También poseen notable belleza, por su extremada decoración en piedra, así como por su admirable entrecruzamiento, arcos angrelados y lobulados que dan acceso y límite a este recinto singular.


Y por último, el caudillo Almanzor la completó hacia el este, otorgándole sus actuales proporciones, incluyendo esta ampliación también al 'Patio de los Naranjos'. Esta obra tiene más regularidad en los materiales empleados y también posee más uniformidad que las anteriores. Comprende ocho naves, y no alcanza la importancia de las construcciones que la precedieron, porque corresponde ya a la decadencia del Califato. A simple vista puede observarse que las columnas no ofrecen la elegante firmeza de las anteriores edificaciones y que los capiteles, imitan a los de alHakam II.
En 1236 la Mezquita fue convertida en catedral por San Fernando, adicionándosele constantemente capillas, elementos decorativos y otros atributos y símbolos del culto católico. A partir de entonces los obispos que se sucedieron trataron de realizar transformaciones en la obra musulmana, para acomodarla a las exigencias del culto cristiano. En el siglo XV, los Reyes Católicos les permitieron la construcción de una 'Capilla Mayor'. En el siglo XVI, una nueva presión eclesiástica logró quebrantar la fuerte oposición del Cabildo Municipal y de los cordobeses, quienes por mandato supremo de Carlos I tuvieron que someterse forzosamente en 1523 a la gran reforma, que habría de intercalar, entre la construcción de Abd alRahman II y parte de la de Almanzor, el templo católico. Hay una mezcla de estilos en esta reforma, terminada en 1766.




La 'Capilla Mayor' tiene planta de cruz latina. Son góticos sus arcos. En el centro del crucero podemos contemplar la grandiosa lámpara de plata, obra del platero cordobés Martín Sánchez de la Cruz. La sillería del coro es una formidable expresión del arte barroco, tallada en caoba y realizada en el siglo XVII por Duque Cornejo. Tiene un extraordinario mérito el facistol del centro, coronado por un templete que posee una imagen de marfil de la Santísima Virgen, original de Alonso Cano.

Las capillas adosadas a los muros que cierran la Mezquita, más de cincuenta, tienen un valor extraordinario para las bellas artes, porque son representativas de su evolución en Córdoba a través del tiempo. Rejería, azulejería, pintura y escultura nos muestran ejemplares de todos los momentos de su historia. El tesoro muestra también excelentes colecciones de portapaces y relicarios, cálices y copones de oro y plata, destacando, entre estos últimos, uno importantísimo, atribuido a Benvenuto Cellini. El tesoro de la Catedral de Córdoba posee, como ejemplar de singularísima valía, la Custodia, labrada por Enrique de Arfe y estrenada en la procesión del Corpus Christi de 1518. En el exterior de la Mezquita podemos contemplar las numerosas puertas que posee el templo como por ejemplo la 'Puerta del Perdón', 'Postigo de la Leche', 'Puerta de los Deanes', 'Puerta de San Esteban', 'Santa Catalina' ...; el retablo de la Virgen de los Faroles y la fuente del Caño Gordo.
La torre, obra de Hernán Ruiz, realizada sobre los restos del alminar árabe que construyera Abd alRahman III, y coronada por un 'San Rafael', obra del escultor cordobés Pedro de Paz.

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