martes, 30 de septiembre de 2008

CORDOBA(Medina Azahara)

Madinat alZahra la popular Medina Azahara, fue construida por el califa Abd alRahman III, a 5 km. de Córdoba, y su edificación fue llevada a cabo con el dinero que le legó la favorita alZabra. Comenzó a erigirse en el año 325 de la Hégira (936 de J.) y duró su construcción 25 años. Los sucesores de Abd alRahman III la ampliaron y embellecieron su ornamentación y sus jardines. Sin embargo, la hermosa ciudad sufrió como ninguna las vicisitudes políticas y, en el año 1010, contando sólo 74 años de existencia, fue destruida y saqueada por los bereberes. En 1236, al ser conquistada Córdoba por Fernando III el Santo, no quedaba de Madinat alZahra más que el recuerdo, y los materiales de sus ruinas sirvieron para que se construyeran con ellos palacios, iglesias y conventos. En el año 1853, Pedro de Madrazo identificó los restos que quedaban y en 1923 todo el recinto fue declarado Monumento Nacional.




La ciudad tiene planta casi rectangular y está construida mediante terrazas escalonadas, adaptadas al declive de la montaña, separadas por muros muy amplios. La parte alta estaba ocupada por los palacios; en la zona intermedia se distribuyeron huertas y jardines, y en la parte baja colocaron la mezquita mayor, viviendas, talleres y demás dependencias. Hay, sin embargo, una gran extensión, donde los montículos formados por los viejos escombros y la tierra que el tiempo ha ido acumulando, permiten indicar perfectamente dónde estaban muchos de los diversos edificios que aún no han podido ser objeto de excavación.
El visitante puede hacerse una completa idea de la grandeza y magnificencia de la ciudad, sólo con pasear por sus estancias y patios, pues se conservan restos de pinturas, zócalos y losas, así como fragmentos de columnas, trozos de fustes, basas y capiteles de mármol blanco bellamente trabajados, correspondientes a los órdenes compuesto y corintio.
Donde verdaderamente encontraremos la demostración de la inmensa belleza de Madinat alZahra y de sus armoniosas proporciones, es en el edificio descubierto en 1944, del que se hallaron tantos materiales, que ha sido posible acometer la empresa de su fidedigna restauración.






En el formidable salón que servía para las audiencias y recepciones del califa Abd alRahman III y sus sucesores, se han encontrado inscripciones que no sólo conservan las fechas, sino también los nombres de los artistas que lo construyeron pudiendo deducirse de ello, que se terminó entre los años 956-57. Es tal la profusión de columnas, capiteles, arquerías, zócalos, murales, etc., que se nos muestra en todo su esplendor el punto culminante de la plena absorción de las influencias sirias y bizantinas por los alarifes cordobeses, lo cual es como poner de relieve lo más exquisito del arte califal español.
No seria posible cerrar estos textos, tan expresivos de admiración ante las construcciones musulmanas de Córdoba, sin dedicar un recuerdo a Madinat alZahira, la ciudad cortesana fundada por Almanzor. Es difícil situar su exacto emplazamiento; pero si se sabe que fue levantada en la margen derecha del Guadalquivir, y que al irse extendiendo sus calles y edificios, llegaron a unirse con los arrabales de Córdoba. Fue destruida y saqueada el 1009 y con su ruina finalizó la dinastía de los amiríes.










CORDOBA(Mezquita-Catedral)

La mezquita de Córdoba es hoy una mezcla de estilos arquitectónicos superpuestos, que se sucedieron y se acoplaron a lo largo de los nueve siglos que duraron las construcciones y reformas, pues parece que no hubo generación que renunciara a dejar su huella en esta edificación única, de fisonomía y conjunto plenamente original.
La construcción de la mezquita de Córdoba fue iniciada a finales del siglo VIII; año 785, por orden de Abd alRahman I y sobre la planta de la catedral visigótica de San Vicente, cambiando de orientación el eje de dicha planta. Poseía once naves, ordenadas de norte a sur, siendo la central algo más ancha que las demás y el 'Patio de los Naranjos'.


Su exterior se desarrolla en una muralla coronada por almenada crestería y fortalecida por torreones cuadrados, entre los que se abren las diversas puertas del edificio. Los capiteles muestran una extraordinaria variedad; jónicos, corintios y compuestos; casi todos ellos son de creación romana y bizantina, como procedentes en gran parte de la anterior basílica cristiana de San Vicente
En el año 833, Abd alRahman II amplió la mezquita hacia el sur y construyó un nuevo 'mihrab'. Esta segunda construcción muestra como novedad la supresión de las bases y la aportación de bellísimos capiteles, que si en gran parte son todavía procedentes de edificios anteriores, ya pueden filiarse algunos como tallados expresamente por obreros cordobeses.
La parte más rica fue añadida por el califa AlHakam II en el 961 Esta ampliación es la más hermosa de todas destacando su cúpula, aportación de la cultura cordobesa del siglo X. También poseen notable belleza, por su extremada decoración en piedra, así como por su admirable entrecruzamiento, arcos angrelados y lobulados que dan acceso y límite a este recinto singular.


Y por último, el caudillo Almanzor la completó hacia el este, otorgándole sus actuales proporciones, incluyendo esta ampliación también al 'Patio de los Naranjos'. Esta obra tiene más regularidad en los materiales empleados y también posee más uniformidad que las anteriores. Comprende ocho naves, y no alcanza la importancia de las construcciones que la precedieron, porque corresponde ya a la decadencia del Califato. A simple vista puede observarse que las columnas no ofrecen la elegante firmeza de las anteriores edificaciones y que los capiteles, imitan a los de alHakam II.
En 1236 la Mezquita fue convertida en catedral por San Fernando, adicionándosele constantemente capillas, elementos decorativos y otros atributos y símbolos del culto católico. A partir de entonces los obispos que se sucedieron trataron de realizar transformaciones en la obra musulmana, para acomodarla a las exigencias del culto cristiano. En el siglo XV, los Reyes Católicos les permitieron la construcción de una 'Capilla Mayor'. En el siglo XVI, una nueva presión eclesiástica logró quebrantar la fuerte oposición del Cabildo Municipal y de los cordobeses, quienes por mandato supremo de Carlos I tuvieron que someterse forzosamente en 1523 a la gran reforma, que habría de intercalar, entre la construcción de Abd alRahman II y parte de la de Almanzor, el templo católico. Hay una mezcla de estilos en esta reforma, terminada en 1766.




La 'Capilla Mayor' tiene planta de cruz latina. Son góticos sus arcos. En el centro del crucero podemos contemplar la grandiosa lámpara de plata, obra del platero cordobés Martín Sánchez de la Cruz. La sillería del coro es una formidable expresión del arte barroco, tallada en caoba y realizada en el siglo XVII por Duque Cornejo. Tiene un extraordinario mérito el facistol del centro, coronado por un templete que posee una imagen de marfil de la Santísima Virgen, original de Alonso Cano.

Las capillas adosadas a los muros que cierran la Mezquita, más de cincuenta, tienen un valor extraordinario para las bellas artes, porque son representativas de su evolución en Córdoba a través del tiempo. Rejería, azulejería, pintura y escultura nos muestran ejemplares de todos los momentos de su historia. El tesoro muestra también excelentes colecciones de portapaces y relicarios, cálices y copones de oro y plata, destacando, entre estos últimos, uno importantísimo, atribuido a Benvenuto Cellini. El tesoro de la Catedral de Córdoba posee, como ejemplar de singularísima valía, la Custodia, labrada por Enrique de Arfe y estrenada en la procesión del Corpus Christi de 1518. En el exterior de la Mezquita podemos contemplar las numerosas puertas que posee el templo como por ejemplo la 'Puerta del Perdón', 'Postigo de la Leche', 'Puerta de los Deanes', 'Puerta de San Esteban', 'Santa Catalina' ...; el retablo de la Virgen de los Faroles y la fuente del Caño Gordo.
La torre, obra de Hernán Ruiz, realizada sobre los restos del alminar árabe que construyera Abd alRahman III, y coronada por un 'San Rafael', obra del escultor cordobés Pedro de Paz.

CORDOBA(Triunfo de San Rafael)



A la izquierda de la Puerta del Puente se encuentra el triunfo de San Rafael, el más notable de la ciudad. Al transitar por la ciudad podemos observar diferentes triunfos, en el puente romano, en el puente de San Rafael, en la antigua estación de ferrocarril, en Puerta Nueva, en la plaza del Potro. En dichos lugares y en otras plazas cordobesas, figura la estatua de San Rafael encaramado sobre el capitel de una columna votiva. Estas variadas y originales representaciones, que son conocidas con el nombre de triunfos, son conmemorativas de la promesa de salvaguardia ciudadana que los cordobeses, haciéndose eco de una piadosa tradición, atribuyen al benéfico arcángel.
De todos los triunfos existentes, éste que se contempla, situado junto a la puerta del Puente, en el interior de un recinto con verja que también es atalaya sobre el río, resulta el más fastuoso y monumental. Se comenzaron las obras en abril del año 1765, sobre un diseño de los presbíteros Esgrois y Martínez, con posterioridad reformado por el arquitecto francés Michel de Verdiguier, el mismo que realizó los dos púlpitos del crucero de la Mezquita-Catedral. En el pedestal hay un grupesco de palmeras y figuras alegóricas no muy conseguidas. La obra fue concluída en diciembre de 1871 y fue costeada por el cabildo catedralicio.

CORDOBA(Torre de la Calahorra)

La Calahorra tiene su planta en forma de cruz, de cuyos tres brazos arrancan tres torres con almenas, unidas por cuerpos de la misma altura, situados entre los de las torres cuadragunlares, y sus muros ostentan las armas reales de Castilla.
El edificio se conserva actualmente -con ligerísimas modificaciones- tal como fue alzado y realizado en 1369, por orden del rey Enrique II, sobre una fortificación de los musulmanes. Dicho monarca lo llevó a cabo para refuerzo de la defensa de la ciudad, decidida partidaria suya, en su larga contienda con su hermano, el rey don Pedro el Cruel, cuyos ejércitos y los de sus aliados musulmanes, fueron vencidos por los cordobeses en la batalla del Campo de la Verdad, lugar inmediato a la fortaleza.


CORDOBA(Murallas de la ciudad)



Córdoba fue en la antigüedad una ciudad totalmente amurallada, y aunque las modernas construcciones han desbordado con creces lo que fuera su recinto medieval, aún se conservan grandes lienzos de murallas que atestiguan su vieja estructura.

El recinto de Córdoba estaba dividido en dos amplias partes: la Almedina y la Ajerquía, ambas encerradas en fortificaciones independientes y separadas por un muro divisorio, del que aún puede admirarse recia muestra a lo largo de la calle de la Feria o de San Fernando. Una y otra parte se comunicaban por angostos accesos. En la mencionada calle podremos pasar a través de una de ellas, que tiene de nombre El Portillo.

Son muy interesantes las murallas de Córdoba que se encuentran al sur, reflejando la serena belleza de sus piedras en las aguas del Guadalquivir, que discurre ante ellas. Desde sus torres, de fácil acceso, el visitante puede contemplar la secular estampa del famoso puente romano, que en su tiempo formó parte de la gran vía Augusta, y los viejos molinos del río, entre los que destaca el denominado de la Albolafia, situado junto al murallón ribereño como macizo soporte de la formidable noria que recogía el agua para el riego de los jardines del Alcázar.

Las murallas desaparecen entre las construcciones del barrio del Alcázar Viejo; pero vuelven a salir a la luz, en el arranque del Campo Santo de los Mártires, para ofrecernos una atrayente contemplación de piedra, vegetación y agua en increíble armonización arquitectónica, en el lugar llamado Calle de la Muralla.

La mayor parte de las puertas de las murallas fueron destruídas con el paso de los siglos y de ellas sólo quedan los nombres; pero todavía podemos admirar la denominada Puerta de Sevilla, con dos arcos iguales, cuya primitiva construcción se remonta al siglo X; la de Almodóvar, adintelada con arco de herradura, enmarcada entre dos soberbios torreones, y la Puerta del Puente, realizada por Hernán Ruiz en 1571, plenamente renacentista, mostrando sus estríadas columnas dóricas y construída sobre el emplazamiento que antes tuvo una antigua puerta romana, a la que los árabes llamaron Puerta de la Figura, por la que tenía tallada sobre su arco.

CORDOBA(Arco del Triunfo)

Puerta del Puente, diseñada por el arquitecto Juan Herrera. Esta puerta, que es la más airosa de la ciudad, fue construída en el año 1571, con sillares almohadillados; sus columnas exentas, que imitan el orden dórico, sustentan una cornisa y un ático rematado por un frontón semicircular, en el cual se observa un relieve con el escudo de Castilla sostenido por dos guerreros de la época. En la parte superior del intercolumnio, hay dos relieves de Torrigiano y una cartela que recuerda su inaguración por el monarca Felipe II. Hoy no conserva toda su esbeltez, pues el basamento está hundido bajo el nivel de la calzada que lo circunda. Debido a la reforma que se realizó a principios del siglo XX, cambió su aspecto de puerta por el de un arco de triunfo.

CORDOBA(Alcázar de los Reyes Cristianos)

Entre los muros de este castillo-palacio se resume la historia de Córdoba y en él se gestaron episodios capitales del acontecer de España.

Desde época romana, tuvo el carácter de fortaleza por su privilegiada situación a orillas del río Guadalquivir, dominante del Puente romano por donde transcurría la Vía Augusta, paso obligado para las rutas militares y comerciales con Andalucía. Los numerosos restos arqueológicos que siembran su suelo, nos dan testimonio de las sucesivas culturas que se asentaron en esta ciudad: sillares, columnas y capiteles romanos, zócalos, molduras visigodas y árabes, aparecen empotrados entre sus paredes y muros.

Durante la larga permanencia de los musulmanes en estas tierras, el Alcázar formaba parte del conjunto de edificios que constituían el Palacio Califal y, como punto defensivo, fue arrasado por las distintas invasiones que sufrió la ciudad. Tras la conquista cristiana en 1236 por el rey Fernando III el santo, el alcázar se convirtió en residencia real, reedificándose completamente en 1327 por el rey castellano Alfonso XI El Justiciero, confiriéndole la fisonomía de castillo con la que ha llegado a nuestros días. Alfonso XI en 1340 derrotó a los ejércitos benimerines en la batalla del Salado, en honor a este triunfo erigió en Córdoba y con el mismo estilo gótico que el Alcázar, el templo de San Hipólito, donde está enterrado.

El Alcázar es un complejo defensivo que se aleja de los cánones tipológicos de las fortalezas árabes, un hito constructivo de la arquitectura militar de la Reconquista cristiana en Córdoba. A partir de 1482 fue Cuartel General de las tropas de los reyes Católicos. Durante diez años desde el Alcázar, se organizó la estrategia de la conquista del Reino de Granada, último reducto árabe en España, permaneciendo los monarcas prolongadas jornadas en el Alcázar, allí nació una de sus hijas, la infanta María, futura reina de Portugal, se desarrollaron las conversaciones con Cristóbal Colón y sus preparativos del primer viaje a América. Conseguida la unificación de España con la anexión del reino de Granada en 1492, los Reyes Católicos abandonaron Córdoba, cediendo el Alcázar al Tribunal de la Inquisición. Se acometen entonces grandes reformas para acondicionarle mazmorras y calabozos, perdiendo entonces su carácter palaciego. La Inquisición permaneció en el Alcázar hasta su abolición por las Cortes de Cádiz en 1812, desapareciendo años después, siendo el edificio destinado en 1822 a cárcel hasta 1931, sufrio importantes deterioros en el conjunto de sus estructuras, patios y jardines, para acoger numerosas celdas entorno al patio morisco. Posteriormente fue destinado a instalaciones militares, hasta que en 1955 el edificio y huertos es cedido al Ayuntamiento de Córdoba.



En el Alcázar se exhiben piezas artísticas procedentes de hallazgos arqueológicos aparecidos en el subsuelo cordobés. Destaca el extraordinario sarcófago romano, obra del siglo III d.C. El motivo principal es la puerta de Hades o del más allá que aparece entreabierta. Obra de superior calidad y gran belleza que denota la calidad artística de su autor, extraordinario escultor y retratista del arte pagano. Apareció en la Huerta de San Rafael del Brillante de Córdoba en 1958.

JARDINES .- La primitiva Huerta del Alcázar, ha dado lugar a los extraordinarios cincuenta y cinco mil m2 aproximados de los jardines actuales. Estaba limitada al Noroeste por el Arroyo del Moro, al Sur por las murallas del alcázar, fronteras al Guadalquivir, las Caballerizas Reales al Norte y el propio Alcázar. Especies de las más variadas plantas autóctonas, siempre dentro de las características del jardín de tradición árabe: palmeras, cipreses, naranjos y limoneros se alternan con fuentes y estanques creando un espacio único y representativo de la cultura cordobesa. Abd al-Rahman II, trajo a la ciudad a través de un acueducto, las aguas de importantes veneros de a Sierra Morena como las del 'Caño de Escarabitas' y 'Bejarano' que suministraron torrentes a los jardines, fuentes, estanques, dependencias palaciegas del alcázar y a las importantes caballerizas, que desde época musulmana, siempre estuvieron anexas a este castillo-palacio. Caudal que se aumentaba con las que remontaban los cangilones de la noria de la Albolafia desde el Guadalquivir. Los grandes estanques de la planta superior se hicieron en el siglo XIX.

CORDOBA(Albolafia)

Cerca del puente Romano, aguas abajo, están las antiguas aceñas o molinos harineros. Los más interesantes son los llamados de Enmedio y de Kulaib, más conocido, este último, por La Albolafia. El de Kulaib o Albolafia tiene en la actualidad una naura o noria, y que muchos cordobeses hemos visto funcionando simbolicamente. La original se desmontó por orden de Isabel la Católica, que viviendo en el próximo alcázar no podía soportar el ruido que producía el artilugio y ordenó desmontarla. Aquella siqalla o rueda hidráulica la mandó construir Abd al Rahmán II en el molino de Kulaib, para elevar el agua del río y conducirla por un ingenioso acueducto hasta el asr al-Umara (Palacio de los Emires, en la actualidad Palacio Episcopal).


miércoles, 10 de septiembre de 2008

Barcena Mayor(Cantabria)

Situada en el valle de Cabuérniga, se encuentra Barcena Mayor, una de las poblaciones más hermosas de cantabria. El regular trazado de sus calles, lo pintoresco de sus casas y su entorno natural, junto a los ríos Saja y Argoza, y moviéndonos entre parajes incomparables hacen de la población un auténtico pueblo con encanto. Esta localidad resistiendo durante siglos el transcurso del tiempo, ha conservado sus construcciones más puras con sus típicas casas montañesas de galerías de madera y portalones. Su nombre, de origen preindoeuropeo, significa pequeño recodo del rio, llano y cultivable.



Población antiquísima por tanto que conserva todavía restos de la antigua calzada romana. Las noticias históricas más asentadas datan del medievo, hasta nuestros días. Tras la deslocalidad sufrida a principios del S. XX renace en los últimos años gracias al turismo. El tipo de vivienda es la conocida casa montañesa de piedra, mampuesto y madera.


La entrada a la villa es por Correpoco, en cuyas praderas se celebra a mediados de agosto la feria del ganado Ya dentro de la localidad nos es sencillo percartarnos de su trazado, concentrado y denso, de estructura rectangular, con dos calles principales de este a oeste, varias perpendiculares y plazas en su interior. La arquitectura rural que viene siendo recuperada se basa en las originales facturas constructivas. Las fachadas se orientan al sur o al este, sobresaliendo algunos soportales con arcos de sillares y tradicional talla en madera con decoración en vigas, pilares y aleros. Casonas que representan lo mejor de una arquitectura original que se da unicamente en estas poblaciones de montaña que han permanecido como zonas de transición entre Valle y meseta.

Siguiendo El Saja y el Argoza, y ya en pleno entorno natural, alcanzamos el alto del valle de Cabuérniga, conjunto histórico-artístico que goza de la arquitectura popular mejor conservada de la comunidad de Cantabria. Otros puntos de interés son el puerto de la Polombera, el Tajahierro, El Pozo del Amo, o El Mirador de Cardosa.

Barcena Mayor fue declarada conjunto Histórico-Artístico en 1979.