martes, 9 de diciembre de 2008
Catedral de Nuestra Señora de la Almudena, Madrid
La Catedral de la Almudena de Madrid es un caso peculiar en el contexto histórico español. Aunque desde el siglo XVI, coincidiendo con la capitalidad de Madrid, se habían hecho intentos por dotar a la urbe de un edificio prestigioso que fuera sede del Obispado, el caso es que otros edificios tuvieron preferencia (El Escorial y la inacabada Catedral de Valladolid)
Desde esas fechas hasta 1879 Madrid siguió sin avanzar en el proyecto. Fue en este último año cuando la Reina Mercedes impulsa la compra de un solar junto a la Plaza de la Armería
Finalmente, el 4 de abril de 1883, el rey Alfonso XII puso la primera piedra de la futura catedral de La Almudena.
Desde esta facha hasta la definitiva consagración por el Papa Juan Pablo II el 15 de junio de 1993 los proyectos e interrupciones se han sucedido continuamente.
EL primer arquitecto fue Francisco de Cubas que pretendió erigir una colosal iglesia neogótica sobre una cripta románica. La iglesia subterránea o "cripta" sí se realizó según el plan previsto y fue terminada en 1911, no sin grandes esfuerzos debidos a localidad de la obra.
Posteriormente, otros arquitectos intervinieron en la obra como Juan Moya, Miguel de Olavaria y Enrique Repullés y Vargas.
Tras la Guerra Civil, en 1944 se convocó un Concurso Nacional para resolver el problema de la continuidad de la catedral, que ganaron Fernando Chueca Goitia y Carlos Sidro. Este proyecto revestía la construcción neogótica interior de un "envoltorio" neoclásico más acorde con el estilo del cercano Palacio Real.
La última aportación a la Almudena fueron las pinturas neobizantinas de Kiko Argüello que embellecen el ábside con los momentos más importantes de la vida de Cristo: La Segunda Venida, Crucifixión, Resurrección, Pentecostés, Entrada en Jerusalén y la Dormición de María
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