La Catedral
El aspecto exterior de LA CATEDRAL, Con muros austeros y sin una fachada principal propiamente dicha, no anuncia el esplendor de los tesoros de todas las artes y estilos que guarda en su interior. Esta es la causa de que se la llame la Bella Desconocida.
El templo actual se levantó sobre otro anterior. En efecto, los restos más antiguos de edificación, de estilo visigótico, corresponden al siglo VIII y los encontramos en la Cripta de San Antolín. Sobre ella, el rey Sancho III de Navarra impulsó la construcción de un templo románico, del que también quedan vestigios en la misma cripta. La leyenda, representada en los bajorrelieves platerescos de la escalera que baja a la cripta desde el trascoro, dice que: un jabalí perseguido por don Sancho durante una cacería se ocultó en una gruta, que resultó ser la abandonada cripta donde Wamba había depositado las reliquias del mártir san Antolín. El rey no pudo cobrarse la pieza porque su brazo quedó paralizado cuando iba a dispararle una flecha. Tomado como la advertencia de la voluntad del santo, prometió erigir allí un templo si recuperaba la movilidad de su brazo.
El interior de la Catedral fue diseñado según el modelo de la de Burgos.Tiene planta de cruz latina, aunque la ampliación del proyecto original en una segunda fase determinó la inclusión de un segundo crucero, por lo que el templo cuenta inusualmente con cinco puertas. De entre ellas, es la llamada de la Virgen o del Obispo la más profusamente decorada en el exterior. La última parte construida fue la sala Capitular y el claustro, de majestuosas proporciones. Son obra de Gil de Hontañón y actualmente albergan el museo Catedralicio.
Al elevar la vista en el interior, sorprende la riqueza de las nervaduras de las bóvedas y el triforio, que se va embelleciendo a medida que se acerca al crucero. La diferencia de altura entre la nave central y las laterales permite la apertura de ventanales que aportan luminosidad al templo.
Cripta de San Antolín
La cripta de San Antolín, situada bajo la actual catedral de Palencia (España), es el único resto de la primitiva catedral visigótica construida en la segunda mitad del siglo VII, añadiéndose posteriormente elementos románicos.
La cripta está dedicada a San Antolín, mártir, patrón de Palencia. Sus restos se conservan en este lugar al que ha dado nombre.
IGLESIA DE SAN MIGUEL
Una de las imágenes más características de la ciudad de Palencia viene definida por el magnífico perfil de la torre de la IGLESIA DE SAN MIGUEL. Es una torre calada del siglo XIII con aire religioso y militar.
Se levanta a los pies de un templo comenzado en el siglo XI, como atestigua su ábside románico, y terminado a finales del XII, lo que le confiere un estilo de transición románico-ojival. Esta cronología resta credibilidad a la tradición que señala este templo como el lugar donde se casó el Cid Campeador
IGLESIA DE LA COMPAÑÍA
Punto de referencia obligado de la vida ciudadana es la IGLESIA DE LA COMPAÑÍA, llamada así por haber sido erigida por la Orden jesuítica a finales del siglo XVI. Como tal, sigue el modelo de la iglesia de Jesús de Roma, con una planta de cruz latina de una sola nave a la que va adosada a ambos lados una serie de capillas conectadas entre si, con altares de los siglos XVII y XVIII en los que destaca un Cristo Crucificado de la escuela de Valmaseda.
La disposición interior y la fachada exterior están definidas por una sobria geometría clasicista. La cubierta, tanto en la bóveda de cañón de la nave como en la cúpula rebajada del crucero, está decorada con lunetos. El retablo mayor fue realizado a mediados del siglo XVIII por Pedro Bahamonde para acoger las figuras de San Lorenzo y de varios santos jesuitas.
Monasterio de Las Claras
Prodigioso se cuenta que es el yacente Cristo de la Buena Muerte que LAS CLARAS custodian en la iglesia de su MONASTERIO. Es una figura impresionante, a la que Unamuno dedicó un poema. Se encuentra en un edificio gótico que en principio fue mausoleo de la familia Enríquez, almirantes de Castilla.
En el interior hay, además, varios retablos de los siglos XVI al XVIII, de los que el mayor fue realizado por Pedro de Correas. Este monasterio debía de ser bien conocido de Zorrilla, pues sitúa en él la leyenda de Margarita la Tornera.
LA IGLESIA DE SAN LÁZARO
Una inscripción sobre la puerta recuerda que su origen estuvo en un lazareto fundado por el Cid y que fue reconstruido por un hombre muy influyente en la vida de la ciudad y cuyos blasones campean sobre los muros: don Sancho de Castilla.
Aunque un incendio hizo necesaria una reconstrucción que desvirtuó su imagen gótica primitiva, aún es posible analizar la evolución de este estilo desde el sobrio ojival de la torre al gótico florido, con cresterías y pináculos, del ábside.
CONVENTO DE SAN FRANCISCO
Junto a la plaza Mayor se levanta el CONVENTO DE SAN FRANCISCO, fundado por los franciscanos en el siglo XIII, sede de las Cortes Generales del Reino en el siglo XIV y residencia temporal de reyes. La importancia que fue adquiriendo la orden en la ciudad exigió progresivas reformas que modificaron su primitivo carácter gótico.
Actualmente se entra al templo por los restos de un claustro de arcos ojivales apoyados en finas columnas pareadas, reforzado por contrafuertes y situado a los pies de una espadaña con dos campaniles y un gran rosetón gótico. Lo más impresionante son los artesonados de madera policromada mudéjares tardíos, de finales del XV o principios del XVI, que hay bajo el coro y en la sacristía, barroca. También barroco es el retablo mayor; atribuido a Alonso del Manzano.
IGLESIA DE LA SOLEDAD
Adosada al convento, aunque construida en 1620, está la IGLESIA DE LA SOLEDAD. Su decoración interior, con bóvedas de yeserías, un retablo neoclásico y pinturas en los muros laterales, data del siglo XVIII.
Iglesia de San Agustín
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