El palacio de Peñaranda de Duero es una de las construcciones civiles más interesantes de la provincia. Aunque construido por el conde de Miranda, hijo de una Fernández de Velasco, conserva la tradición de esta familia en la decoración interior a base de cubiertas de madera y yeserías mudéjares. La gran fachada principal, que forma uno de los lados de la irregular y monumental plaza, pertenece a la primera fase constructiva, destacando la portada con decoración renacentista muy plana, coronada por un busto de Hércules, que sirve de arranque a un programa iconográfico que se desarrolla en los medallones con cabezas de las enjutas del gran patio central, de construcción posterior, en el que destaca la gran escalera de tipo conventual con tribuna. La fachada principal se atribuye a Felipe Vigarny.
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