Declarado en 1996 municipio de excelencia turística, por su belleza natural y su situación geográfica es uno de los destinos preferidos del Norte de España.
Se encuentra divida en dos por el paso del río Sella para unirse al Cantábrico. A un lado tenemos la zona residencial junto a la Playa de Santa Marina, y al otro el puerto pesquero, la iglesia, casonas, el mercado...
Capilla de la Virgen de la Guía
A menos de un kilómetro del centro de la villa se encuentra la capilla de la Virgen de Guía, sobre los acantilados del Corbero —monte que corona—, en una privilegiada posición, visualmente deslumbrante al abarcar tanto el espacio urbano como el extenso paisaje costero. Este sencillo edificio, uno de los ejemplos más valiosos de la arquitectura local, es obra de la misma fecha (tercer cuarto del siglo XVI) y del mismo arquitecto que el magnífico palacio de los Prieto-Cutre, hoy sede del Ayuntamiento.
Iglesia de Santa María Magdalena
La iglesia parroquial de Santa María Magdalena, sita en la villa de Ribadesella y en un solar muy cercano al de la antigua, que conservaba restos románicos, en opinión de Ciriaco Miguel Vigil, comenzó a edificarse en 1924, atendiendo a un proyecto de M. García-Lomas y U. Manchobas (C. Alvarez Quintana), y fue destruida en 1936. Tras acabar la contienda se emprendió su reconstrucción. El gusto por la estética medieval tiene su reflejo en la colocación de dos grandes torres en los extremos de la fachada del templo, edificio éste de considerables proporciones y arquitectónicamente sin interés que presenta una gran cúpula sobre el crucero
Ruta Histórica del Puerto. Murales diseñados por Antonio Mingote siguiendo un guión de Toni Silva y realizados en cerámica por Pachu Muñiz.
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