Uno de los lugares más significativos de Asturias en concreto y de España en general es el Real Sitio de Covadonga.
Se aconseja dedicar un día entero a esta visita, ya que conviene recorrerlo con calma y no perderse ninguno de los detalles que se pueden conocer. Este emplazamiento responderá a las expectativas de los amantes de la naturaleza, de los que buscan los testimonios históricos, y muy especialmente hará las delicias de quienes desean tomar contacto con los fetiches de la religiosidad. En estas páginas, a través de mapas, fotos, y explicaciones textuales se tratará de dar cuenta detallada de este monumento en el que confluyen un sinfín de características diferentes.
Santa Cueva
Etimológicamente Covadonga proviene del latín "Cova Dominica" y significa cueva de la señora. Esta expresión latina cova dominica paso a las lenguas romances con diversas transformaciones: covadominca,covadomnca,covadonca, covadonga.Las pautas evolutivas que han llevado a esta transformación son las mismas a las que obedece la Asturicas-Astorga, domínicus-domingo, o de famelicus-jamelgo. La palabra Covadonga está adscrita al mismo nacimiento del español, según afirma Pérez de Ayala.
Sobre la leyenda de Covadonga dice la Crónica del rey Alfonso III el Magno (866-910) en la versión de Ramón Menendez Pidal "Pero Dios hizo que las piedras lanzadas por las catapultas, al llegar al altar de la Santa Virgen María, retrocedían y mataban a los sarracenos".
Hasta 1777 la cueva estuvo recubierta de madera, pero un incendio destruyó la talla original y todas las joyas y objetos que allí se encontraban. La imagen que puede observarse en la actualidad es del siglo XVI y fue donada por el Cabildo de la catedral de Oviedo en 1778.
En la cueva encontramos dos sepulcros, el primero el de Don Pelayo, que inicialmente fue enterrado en la capilla de Santa Eulalia de Abamía, y que fue trasladado en tiempos de Alfonso X el sabio a la cueva. Más olvidado y escondido se encuentra el sepulcro de Alfonso I, casado con la hermana de Don Pelayo.
La actual capilla, se construyó en el siglo XX, en la década de los cuarenta con estilo románico por el arquitecto D. Luis Menéndez Pidal.
A la entrada del túnel que conduce a la cueva, se encuentra una inscripción en al que puede leerse:
"Aquí en el Monte
Auseva, morada
inmemorial de la Virgen
renació la España de
Cristo con la gran
victoria de Pelayo y
de sus fieles sobre los
enemigos de la Cruz
Años 718-722." .
Basílica
En el siglo XIX el obispo de Oviedo Don Benito Sáez y el canónigo del Santuario Don Máximo de la Vega, se unen en santa alianza para dar a Covadonga el esplendor de otros tiempos. Para ello impulsan la construcción de un templo monumental en Covadonga. Así consta en los documentos la impresión de urgencia que había en estas obras según los canónigos:
"Os confesamos que sentimos honda pena, y que con el corazón oprimido, exclamamos una y otra vez: Esto es Covadonga.¡A esto ha quedado reducida la cuna de la restauración de España! Esto es lo que recuerda los grandes beneficios de la Madre de Dios a los hijos de su nación querida y los gloriosos triunfos de aquellos héroes de nuestra historia! Las lágrimas asomaron a nuestros ojos y sentimos nacer en el corazón el deseo ardiente de reparar las ruinas de la casa de Dios y de María y de levantar un monumento digno de Covadonga."
Se encargan los planos al arquitecto Roberto Frasinelli, que se encontraba en Corao, y los planes que presentó fueron auspiciados por la Real Academia de Bellas Artes. Para preparar la superficie era necesario truncar la cúspide del monte Cueto. Las obras comenzaron el 22 de Julio de 1877, encendiendo el primer barreno el rey Alfonso XII. En septiembre del mismo año, Sanz y Forés colocaba la primera piedra. Será el obispo sucesor Fray Ramón Martínez Vigil quien culmine el proyecto, con las modificaciones introducidas en los planos por el arquitecto Federico Aparici que serán los últimos. Según Menéndez Pidal toda la obra debía haber obedecido los planos de Aparici. El Marqués de Lozoya dijo del templo que era uno de los más hermosos construidos en Europa en la época. Se inauguró y bendijo el 7 de septiembre de 1901.
De estilo neorrománico, se utilizó como cantera la misma montaña de Covadonga, que proporciona esa piedra tan característica rosada y marmórea. Su planta consta de una nave central y tres ábsides escalonados y dos altas torres en la fachada que escoltan un pórtico de triple arco. Destacan de la decoración interior algunas de las pinturas, como el cuadro de la "Proclamación del Rey Pelayo" de Luis de Madrazo, o "La Anunciación" de Vicente Carducho, así como la imagen del escultor catalán Juan Samsó de la Santina. Tras el altar se encuentra una réplica de la Cruz de la Victoria obra de Miranda, a la derecha la Capilla del Rosario, a la izquierda la Capilla del santísimo y arriba el órgano de reciente inauguración (2001), así como la puerta del Sagrario, con la cruz de la Victoria, original de Miranda. En el pórtico, están colocados los bustos de los beneméritos Prelados que tuvieron la responsabilidad de la construcción del templo, obras originales de Benlliure.
Monumento al Rey Pelayo
La escultura del gigante musculado de Don Pelayo fue realizada en 1965 por Gerardo Zaragoza, y se encuentra situada en la plaza de la Basílica.
La figura de Don Pelayo aparece protegida por la cruz de la Victoria. En su plataforma figura una inscripción que evoca las palabras recogidas en la crónica real de Alfonso III: "Nuestra esperanza está en Cristo más este pequeño monte será la salvación de España."
0 comentarios:
Publicar un comentario