Lerma situada junto a la A1, a menos de 50 Km de Burgos en dirección a Madrid. Asentada sobre un cerro que domina el valle del río Arlanza. La villa en otro tiempo amurallada perdió su fisonomia medieval en el siglo XVII debido a las reformas y construcciones de Don Francisco Gómez de Sandoval, valido de Felipe III, y Duque de Lerma.
La villa Ducal esta presidida por el Palacio Ducal, hoy convertido en Parador Nacional, y por la iglesia colegial de San Pedro, en torno a los cuales se abre una ancha plaza porticada y varios conventos de otras tantas ordenes religiosas que dan a Lerma una fisonomía de villa conventual y cortesana. Parece como si nos hubieramos trasladado a una villa del siglo XVII.
Palacio Ducal (1601 - 1617)
Característico de la época de los Austrias, el Duque de Lerma aprovechó el emplazamiento del antiguo castillo medieval y realizado según las trazas de Francisco de Mora, fue construido en sucesivas fases, concebido como morada de los Duques, a la vez que regio aposento para la corte de Felipe III, con motivo de los retiros cinegéticos en la villa.
La disposición es característica de los palacios castellanos: un patio central rodeado de galerías columnadas, alternando dos cuerpos: el primero, de 20 columnas de orden toscano con arcos de medio punto y el segundo de 20 columnas de orden jónico; siendo las columnas de una sola pieza. Arranca también desde este patio una suntuosa y amplia escalera claustral.
La fachada principal está fabricada con recios sillares, su portada se acompaña de pedestal, columna y capitel a cada lado, en que se basa un frontispicio semicircular, con labores de arquitrabe. Toda la fachada queda rematada por una fuerte cornisa de piedra y por encima se elevan las cubiertas de pizarra, con sus buhardillas.
Sobre aquellas cornisas y en las cuatro esquinas arrancan los cuatro torreones rematados por chapiteles también cubiertos de pizarra, con gran bola, veleta y cruz.
Todo el Palacio estaba compuesto por 210 balcones de hierro y 135 ventanas entre buhardas y rejas.
El Palacio fue utilizado como cuartel general durante la invasión napoleónica, perdiendo sus cuatro chapiteles. Ha sido rehabilitado como Parador de Turismo, recobrando el encanto perdido en los siglos pasados.
Ex-Colegiata de San Pedro (1613 - 1617)
El Arzobispo de Sevilla, Don Cristóbal de Rojas y Sandoval, tío del Duque, concibió el proyecto de dotar a Lerma de una Iglesia de grandes dimensiones y eligió la existente de San Pedro para ampliación y reforma. A petición del Duque, la parroquia de S. Pedro había sido convertida en Colegiata en 1606 por el Papa Paulo V. El 3 de Agosto del propio año dio Su Santidad una Bula designando a la Abadía “ nullius diócesis” con dependencia directa de la Santa Sede e independencia total del Arzobispado de Burgos. El Duque continuó la obra emprendida, dotándole de mayor amplitud, altitud y conservando las bóvedas de estilo gótico.
Los planos son obra del arquitecto carmelita Fray Alberto de la Madre de Dios, que en 1613 inició la reforma. De planta de salón con tres naves, dispone de girola y capillas laterales, coro, trascoro, contaduría y baptisterio. Mide 222 pies de largo, 77 de ancho y 51 de alto; costó la fábrica unos 80.000 ducados.
La fachada típica herreriana destaca por la monumental portada principal, con dos columnas dóricas sujetando un entablamento decorado con los escudos ducales en las metopas, coronado por cornisa rematada por bolas. En el centro, una hornacina con frontón semicircular y la imagen de S. Pedro. Como curiosidad, destaca la puerta que es la original de 1616 de madera de pino y con clavos de bronce.
Plaza de Santa Clara
En el centro de la misma, se encuentran los restos del famoso héroe y guerrillero durante la Guerra de la Independencia, D. Jerónimo Merino Cob: "El Cura Merino". En 1808 los ejércitos franceses saqueaban los pueblos de la comarca para aprovisionarse de víveres; él, perfecto conocedor de toda la zona, les hizo frente con una partida de 2.000 hombres, controlando el Camino Real, apresando convoyes y correos de los franceses.
Por sus acciones victoriosas fue nombrado Capitán y Teniente Coronel sucesivamente. Ganó 58 batallas a las tropas franceses destacando la toma de Roa, el rescate de Burgos, Ezcaray, Hontoria del Pinar, Quintana del Puente y la brillantísima intervención en la batalla de Vitoria. De él dijo Napoleón que "prefería la cabeza de ese cura a la conquista de cinco ciudades españolas". Fue nombrado Mariscal de Campo por Fernando VII. Posteriormente luchó al lado del bando carlista al mando de 11.000 hombres. Falleció exiliado en Alençon (Francia) en 1844; y desde mayo de 1968 descansan sus restos junto al "Balcón de Arlanza".
Convento de San Blas (1613 - 1617)
Unido al Palacio, por un pasadizo volado de tres arcos hasta el S. XIX.
La fundación del monasterio dominico de San Blas fue la que proporcionó mayor orgullo de cuantas edificaciones religiosas levantó el Duque en Lerma. Al ostentar el patronazgo de la Orden y según las disposiciones del Concilio de Trento, trasladó en 1612 la Comunidad que habitaba en el Tovar (Cifuentes) a su villa.
Fray Alberto de la Madre de Dios realizó las trazas del convento y el retablo mayor es obra de Juan Gómez de Mora, que aprovechó algunas piezas de un antiguo retablo. Se distribuye en cuatro cuerpos de arquitectura, con columnas, pilastras, nichos todo él dorado. Los lienzos son del pintor del duque Pedro Antonio Vidal.
En el centro, una hornacina con una talla del siglo XVII de San Blas con las reliquias del Santo en el pecho; muy veneradas el día 3 de febrero con la bendición de las roscas típicas de dulce o de pan.
En el crucero destaca el Cristo Crucificado, de la Escuela Castellana de Gregorio Fernández del S. XVII, y la Virgen del Rosario de gran belleza y calidad artística. La cúpula de media naranja y linterna, cuyos pilares duplicados levantan cuatro arcos torales con sus pechinas y con franjas entre recuadros y triángulos. La amplia pieza abovedada que se encuentra detrás de la Iglesia del monasterio acoge un valioso relicario donado por el Duque.
Convento de La Ascensión de Nuestro Señor (1604 - 1610)
Es el más antiguo de los monasterios de Lerma. Fue fundado por el hijo del Duque, D. Cristóbal y su esposa Mariana de Padilla; encargándose de las obras el maestro Pedro de Pedrosa. La Iglesia de gran sencillez, con planta de cruz latina, sencillo retablo destacando en el centro del mismo el detalle de la Ascensión. El crucero tiene bóveda rebajada, adornada con los escudos de los fundadores. De admirar son los grandiosos cuadros de Bartolomé Carducho.
Posee una cripta, que sirvió de enterramiento hasta 1891.En la parte baja del coro destaca un magnífico relicario, con esculturas realizadas por Lesmes Fernández del Moral, con un bello Cristo Yacente de Gregorio Fernández, uno de los mejores imagineros de la Escuela Castellana. En 1650 se le añadió la fachada en la que se dan barroquismos que no se ven en ningún edificio de Lerma.
Convento de Santa Teresa (1617)
Construido para los frailes carmelitas, fue inaugurado el 27 de octubre de 1617, asistiendo Felipe III con toda su Corte. Destaca la Iglesia de planta de cruz latina, con fachada de piedra de sillería, con dos pilastras dóricas arquitrabadas, que tienen un frontón triangular. En el centro, una hornacina con frontispicio semicircular rematado por bolas, con la imagen de la Doctora de la Iglesia.
Encima se abre una ventana para dar luminosidad al coro alto de la Iglesia; a ambos lados, cuatro carteles rehundidos y los Escudos de los Duques y de la Orden Carmelita. La traslación del Santísimo Sacramento al Convento de Santa Teresa tuvo lugar el 28 de Octubre de 1618; entregando el Duque a la Comunidad los ornamentos necesarios para el culto.
Convento de La Madre de Dios (1608 - 1610)
Situado en el extraradio, junto a la antigua N-I; fundado por motivos de carácter familiar por el Duque de Lerma, ya que como priora de su fundación entró la suegra de su primogénito, el Duque de Uceda, la condesa de Santa Gadea, doña Luisa de Padilla y Acuña. Las obras se iniciaron en 1608 con la intervención personal del arquitecto Francisco de Mora, aunque las trazas definitivas fueron aprovechadas por Fray Alberto de la Madre de Dios.
El convento es austero, clásico, monótono, sin casi elementos decorativos, como era norma en las obras del fraile carmelita. La Iglesia es de sencilla planta de cruz latina, con coro a los pies, y un retablo de orden clasicista, con columnas de estilo corintio.
Arco de la Cárcel
El Arco de la Cárcel es la única puerta de las cuatro que tuvo la muralla medieval. Se trata de un arco torreado flanqueado por dos cubos defensivos con saetas.
Al interior se accede con una escalera de caracol. El cuerpo superior, de ladrillo, es una ampliación de 1610.
Mirador de los Arcos
2 comentarios:
El tratamiento que tienen las fotografias es genial y fsntastico, la informacion estupenda...otro sitio apuntado para visitar.
Besos
Encanto especial estos lugares donde cada piedra encierra un trozo de la historia.
Buen reportaje
Saludos
Publicar un comentario