Se encuentra al norte de la población, al filo de uno de los cortados que rodea la villa. Fue construido entre los siglos XIII y XV y a su porte monumental se le une su rica historia. Tras la batalla de Pavía (1525) hospedó a los hijos del rey Francisco I de Francia como rehenes reales. Zuloaga lo compró en 1927 para situar su estudio de pintura. Hoy se puede visitar y contemplar, además de la arquitectura gótica de sus muros, algunas buenas obras del propio pintor Zuloaga. La mejor vista de esta fortaleza es al amanecer desde la carretera que conduce al cercano pueblo de la Velilla.
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