De origen e historia controvertida, el castillo de Turégano es una caja de sorpresas porque al traspasar sus puertas no se encuentra un patio de armas o dependencias militares sino la gran iglesia románica de San Miguel, de tres naves de magnífica factura, de los siglos XII y XIII. La espadaña del siglo XVIII es el único elemento religioso que desde el exterior denuncia la presencia del templo. Los muros exteriores y dependencias militares que rodean la iglesia son fundamentalmente del siglo XV y XVI.
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