Es Mayo de 1912, y han pasado ya varios meses desde la vuelta de Antonio y Leonor a Soria, desde París, de donde han traido la enfermedad de la hemoptisis como acompañante. Han luchado con todas sus fuerzas para curar el terrible mal, alquilando una casita en el paseo del Mirón para buscar el aire puro de Soria, como antídoto fundamental. Pero nada mejora la situación de la enferma, ni siquiera el mayor de los afectos que le dedica en cada minuto Antonio Machado.
Un día pensando en esto el poeta se para a observar, seguramente en el paseo de San Saturio, un olmo centenario que está afectado por la enfermedad de la grafiosis y que acabará indudablemnete con su vida. Esto le sirve de inspiración al poeta para crear el bellísimo poema "A un olmo seco", en el que encuentra un paralelo con la lamentable situación de su mujer, Leonor Izquierdo.
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