Entre los muros de este castillo-palacio se resume la historia de Córdoba y en él se gestaron episodios capitales del acontecer de España.
Desde época romana, tuvo el carácter de fortaleza por su privilegiada situación a orillas del río Guadalquivir, dominante del Puente romano por donde transcurría la Vía Augusta, paso obligado para las rutas militares y comerciales con Andalucía. Los numerosos restos arqueológicos que siembran su suelo, nos dan testimonio de las sucesivas culturas que se asentaron en esta ciudad: sillares, columnas y capiteles romanos, zócalos, molduras visigodas y árabes, aparecen empotrados entre sus paredes y muros.
Durante la larga permanencia de los musulmanes en estas tierras, el Alcázar formaba parte del conjunto de edificios que constituían el Palacio Califal y, como punto defensivo, fue arrasado por las distintas invasiones que sufrió la ciudad. Tras la conquista cristiana en 1236 por el rey Fernando III el santo, el alcázar se convirtió en residencia real, reedificándose completamente en 1327 por el rey castellano Alfonso XI El Justiciero, confiriéndole la fisonomía de castillo con la que ha llegado a nuestros días. Alfonso XI en 1340 derrotó a los ejércitos benimerines en la batalla del Salado, en honor a este triunfo erigió en Córdoba y con el mismo estilo gótico que el Alcázar, el templo de San Hipólito, donde está enterrado.
El Alcázar es un complejo defensivo que se aleja de los cánones tipológicos de las fortalezas árabes, un hito constructivo de la arquitectura militar de la Reconquista cristiana en Córdoba. A partir de 1482 fue Cuartel General de las tropas de los reyes Católicos. Durante diez años desde el Alcázar, se organizó la estrategia de la conquista del Reino de Granada, último reducto árabe en España, permaneciendo los monarcas prolongadas jornadas en el Alcázar, allí nació una de sus hijas, la infanta María, futura reina de Portugal, se desarrollaron las conversaciones con Cristóbal Colón y sus preparativos del primer viaje a América. Conseguida la unificación de España con la anexión del reino de Granada en 1492, los Reyes Católicos abandonaron Córdoba, cediendo el Alcázar al Tribunal de la Inquisición. Se acometen entonces grandes reformas para acondicionarle mazmorras y calabozos, perdiendo entonces su carácter palaciego. La Inquisición permaneció en el Alcázar hasta su abolición por las Cortes de Cádiz en 1812, desapareciendo años después, siendo el edificio destinado en 1822 a cárcel hasta 1931, sufrio importantes deterioros en el conjunto de sus estructuras, patios y jardines, para acoger numerosas celdas entorno al patio morisco. Posteriormente fue destinado a instalaciones militares, hasta que en 1955 el edificio y huertos es cedido al Ayuntamiento de Córdoba.
En el Alcázar se exhiben piezas artísticas procedentes de hallazgos arqueológicos aparecidos en el subsuelo cordobés. Destaca el extraordinario sarcófago romano, obra del siglo III d.C. El motivo principal es la puerta de Hades o del más allá que aparece entreabierta. Obra de superior calidad y gran belleza que denota la calidad artística de su autor, extraordinario escultor y retratista del arte pagano. Apareció en la Huerta de San Rafael del Brillante de Córdoba en 1958.
JARDINES .- La primitiva Huerta del Alcázar, ha dado lugar a los extraordinarios cincuenta y cinco mil m2 aproximados de los jardines actuales. Estaba limitada al Noroeste por el Arroyo del Moro, al Sur por las murallas del alcázar, fronteras al Guadalquivir, las Caballerizas Reales al Norte y el propio Alcázar. Especies de las más variadas plantas autóctonas, siempre dentro de las características del jardín de tradición árabe: palmeras, cipreses, naranjos y limoneros se alternan con fuentes y estanques creando un espacio único y representativo de la cultura cordobesa. Abd al-Rahman II, trajo a la ciudad a través de un acueducto, las aguas de importantes veneros de a Sierra Morena como las del 'Caño de Escarabitas' y 'Bejarano' que suministraron torrentes a los jardines, fuentes, estanques, dependencias palaciegas del alcázar y a las importantes caballerizas, que desde época musulmana, siempre estuvieron anexas a este castillo-palacio. Caudal que se aumentaba con las que remontaban los cangilones de la noria de la Albolafia desde el Guadalquivir. Los grandes estanques de la planta superior se hicieron en el siglo XIX.
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