Se trata de una playa situada en un enclave único a muy pocos kilómetros de la ciudad de Santander. En sus proximidades se encuentra la Isla de la Virgen del Mar con su ermita del siglo XII.
Durante la bajamar, especialmente si las mareas son vivas, la canal que separa a ambas queda sin agua, y se puede atravesar la misma por la playa. Si no tenemos esa suerte, siempre podemos utilizar el puente, rehabilitado no hace muchos años.
La parte norte de la Isla está rodeada de abruptos acantilados que proporcionan unas vistas muy buenas del Mar Cantábrico.
La playa cuenta con un amplio parking asfaltado, duchas, bar, restaurante y un camping a unos 400 metros, y se puede acceder a la misma a través de una rampa de cemento junto al parking.
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