Madinat alZahra la popular Medina Azahara, fue construida por el califa Abd alRahman III, a 5 km. de Córdoba, y su edificación fue llevada a cabo con el dinero que le legó la favorita alZabra. Comenzó a erigirse en el año 325 de la Hégira (936 de J.) y duró su construcción 25 años. Los sucesores de Abd alRahman III la ampliaron y embellecieron su ornamentación y sus jardines. Sin embargo, la hermosa ciudad sufrió como ninguna las vicisitudes políticas y, en el año 1010, contando sólo 74 años de existencia, fue destruida y saqueada por los bereberes. En 1236, al ser conquistada Córdoba por Fernando III el Santo, no quedaba de Madinat alZahra más que el recuerdo, y los materiales de sus ruinas sirvieron para que se construyeran con ellos palacios, iglesias y conventos. En el año 1853, Pedro de Madrazo identificó los restos que quedaban y en 1923 todo el recinto fue declarado Monumento Nacional.
La ciudad tiene planta casi rectangular y está construida mediante terrazas escalonadas, adaptadas al declive de la montaña, separadas por muros muy amplios. La parte alta estaba ocupada por los palacios; en la zona intermedia se distribuyeron huertas y jardines, y en la parte baja colocaron la mezquita mayor, viviendas, talleres y demás dependencias. Hay, sin embargo, una gran extensión, donde los montículos formados por los viejos escombros y la tierra que el tiempo ha ido acumulando, permiten indicar perfectamente dónde estaban muchos de los diversos edificios que aún no han podido ser objeto de excavación.
El visitante puede hacerse una completa idea de la grandeza y magnificencia de la ciudad, sólo con pasear por sus estancias y patios, pues se conservan restos de pinturas, zócalos y losas, así como fragmentos de columnas, trozos de fustes, basas y capiteles de mármol blanco bellamente trabajados, correspondientes a los órdenes compuesto y corintio.
Donde verdaderamente encontraremos la demostración de la inmensa belleza de Madinat alZahra y de sus armoniosas proporciones, es en el edificio descubierto en 1944, del que se hallaron tantos materiales, que ha sido posible acometer la empresa de su fidedigna restauración.
En el formidable salón que servía para las audiencias y recepciones del califa Abd alRahman III y sus sucesores, se han encontrado inscripciones que no sólo conservan las fechas, sino también los nombres de los artistas que lo construyeron pudiendo deducirse de ello, que se terminó entre los años 956-57. Es tal la profusión de columnas, capiteles, arquerías, zócalos, murales, etc., que se nos muestra en todo su esplendor el punto culminante de la plena absorción de las influencias sirias y bizantinas por los alarifes cordobeses, lo cual es como poner de relieve lo más exquisito del arte califal español.
No seria posible cerrar estos textos, tan expresivos de admiración ante las construcciones musulmanas de Córdoba, sin dedicar un recuerdo a Madinat alZahira, la ciudad cortesana fundada por Almanzor. Es difícil situar su exacto emplazamiento; pero si se sabe que fue levantada en la margen derecha del Guadalquivir, y que al irse extendiendo sus calles y edificios, llegaron a unirse con los arrabales de Córdoba. Fue destruida y saqueada el 1009 y con su ruina finalizó la dinastía de los amiríes.
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