Ubicada al sur de Cantabria, la ciudad de Reinosa da nombre al término que la comprende y del que es único núcleo poblacional. Su corta extensión, de tan sólo 4,12 km2, la convierten en el municipio más pequeño de la región, aunque esta cualidad no ha impedido que se haya convertido en la cabecera de la comarca campurriana y en un núcleo industrial de referencia.
Rodeada completamente por Campoo de Enmedio, se emplaza en la llanura donde confluyen los ríos Ebro, Híjar e Izarilla. Dista 75 km de Santander. Precisamente, su proximidad a la meseta castellana y su óptima localización como lugar de paso hacia la costa explican su importante papel histórico como vía comercial, sobre todo a raíz de la construcción del Camino Real en el siglo XVIII. La apertura de este itinerario impulsó definitivamente el comercio y favoreció la implantación de las primeras fábricas.
Fue a partir de este momento cuando Reinosa vivió su época de máximo esplendor. Todo un hito fue la instalación, en 1918, de los talleres de la Sociedad Española de Construcción Naval, convertida en motor fundamental de la economía de la comarca. Paralelo al auge económico de la villa, tuvo lugar su desarrollo poblacional y urbanístico. De hecho, si en la década de los veinte contaba con poco más de cuatro mil habitantes, desde entonces se produjo un espectacular incremento, llegando a su máximo registro en 1984, con 13.411 habitantes. Sin embargo, la recesión industrial desencadenada en 1987 con la crisis de Forjas y Aceros invirtió esta tendencia, que se ha mantenido a la baja hasta hoy (10.873 habitantes).
Reinosa posee una interesante arquitectura religiosa, en la que sobresale la iglesia barroca de San Sebastián; y civil, como algunas casonas de sillería, varios edificios públicos notorios (Ayuntamiento, Teatro Principal…) y sus pintorescas construcciones, con las típicas galerías acristaladas. Entre los elementos más representativos de este municipio destacan la fuente de la Aurora, los soportales y las famosas pantortillas, su producto gastronómico por excelencia.
Iglesia de San Sebastián
La iglesia parroquial de San Sebastián es el mejor ejemplo de arquitectura barroca en la comarca de Campóo, y uno de los más sobresalientes de Cantabria. En la construcción de este emblemático edificio reinosano destacan al exterior su portada y su torre, y en el interior el retablo del altar mayor dedicado al santo titular del templo.
El edificio fue levantado, quizá sobre una antigua capilla románica, entre el siglo XVI y el XVIII. Los trabajos fundamentales se realizaron entre 1754 y 1774, fecha en la que se dan por concluidos los mismos, como consta en la inscripción del tímpano de la portada principal.
El templo es espacioso, consta de tres naves separadas por pilares, y bóvedas de nervios de tipo gótico. En el presbiterio, sobre el altar mayor, se abre una espectacular cúpula con linterna.
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